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  Propiedad Intelectual  
 

Apreciables lectores reciban nuestros mas afectuosos saludos. Como ustedes recordaran, en la anterior entrega se habló acerca del uso creciente de marcas registradas por personajes famosos para proteger sus nombres de la explotación indebida. Fue tratado el caso de la banda de rock Red Hot Chili Peppers que ha demandado a las cadenas televisoras que transmiten la serie “Californication”. Las autoridades correspondientes aún no han dictado sentencia definitiva por lo cual continúa en proceso.

Pero el cuarteto californiano no es el único que se ha visto envuelto; el famoso personaje Tarzán “Rey de los monos”, tampoco ha escapado a cuestiones referentes a la propiedad intelectual. Los herederos del escritor Edgar Rice Burroughs, creador del legendario «hombre-mono» han fallado en su intento de registrar el grito tan distintivo del famoso personaje, creando controversia entre los expertos en relación a la aceptación de sonidos como marcas registradas.

Los demandantes tienen la oportunidad de amasar una fortuna por el uso del grito en vídeo-juegos, anuncios y sintonías de celular.

Pero tras una batalla legal de diez años, los responsables del legado de Burroughs (1875-1950), cuyo personaje vió la luz en el libro Tarzán de los monos (1914), se han topado con la negativa de la Oficina para la Armonización del Mercado Interior (OAMI), el registro europeo de marcas con sede en Alicante (España).

El organismo se ha negado a registrar el alarido, en respuesta a la solicitud de la empresa londinense de propiedad intelectual RGC Jenkins & Company, que representa en el contencioso a los herederos del

Padre de Tarzán, según publica el diario The Times.

En la solicitud, Edgar Rice Burroughs Incorporated (sociedad de los herederos), incluyó dos imágenes que representaban el sonido de la llamada del «hombre-mono»: una de la onda del sonido y otra de un espectrograma (gráfico) de las frecuencias del grito.

El espectograma, por cierto, procede de la primera película sobre el hombre blanco criado entre monos protagonizada en 1932 por el mítico nadador y actor estadounidense Johnny Weissmuller (1904-1984), acaso el Tarzán más famoso de la historia de Hollywood.

Sin embargo, la OAMI argumenta que el chillido, que consta de «cinco fases distintas», de acuerdo con las pruebas presentadas por los herederos de Burroughs, no puede registrarse como marca porque no cumple varios criterios.

El registro menciona, entre otras consideraciones, que el espectograma no explica con claridad el sonido y el grito tampoco puede ser transcrito a notas musicales.

Es imposible -sostiene la OAMI- reconocer en la imagen aportada si el sonido representado es una voz humana u otra cosa, como por ejemplo, la melodía de unos violines, unas campanas o el ladrido de un perro.

Nadie -prosigue la Oficina para la Armonización del Mercado Interior- podría imitar el grito de Tarzán a partir del espectograma y nadie lee espectogramas por entretenimiento.

Desde RGC Jenkins & Company, Stephen James no ha ocultado su decepción por el fallo.

Nosotros mantenemos que cualquiera que tenga entre cinco y 105 años de edad y que escuche el sonido, dirá que es Tarzán», afirmó James, al subrayar que «existe mucho interés» de gente que desea utilizar el nombre y el peculiar grito del «hombre-mono.

Pero los herederos no se rinden y Stephen James ha vuelto a enviar una nueva solicitud a la OAMI, incluyendo esta vez un archivo sonoro del alarido, con la esperanza de un veredicto que les dé la razón.

Aunque Tarzán es uno de los personajes literarios y cinematográficos más conocidos del mundo, el origen de su grito sigue constituyendo un misterio.

De origen austriaco, Johnny Weissmuller -inolvidable en la gran pantalla junto a la mona Chita y su inseparable compañera Jane- solía decir que inventó su inconfundible alarido inspirado por los cantos tiroleses, a los que fue muy aficionado en su infancia.

No obstante, la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), con quien el actor firmó un contrato para encarnar al «hombre-mono», alega con frecuencia que sus expertos de sonido amplificaron el grito de Weissmuller con varios ruidos animales.

Otras teorías aseguran que la MGM echó mano de un tenor operístico para grabar parte de la secuencia del célebre alarido.

El rechazo de la solicitud original en el 2004 ha generado un intenso interés de los medios. ¿Pueden los sonidos ser marcas? La respuesta es claramente sí. De hecho, a través de los últimos 10 años, la OAMI ha registrado alrededor de 40 marcas de sonido.

Particular caso que nos alienta a mantenernos al tanto de cada actualización generada en el campo de la Propiedad Intelectual.

 
 

 

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